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Por qué el cielo está tan lejos. Cuento popular africano.
El cuento “Por qué el cielo está tan lejos” es un relato popular de la cultura yoruba, originario de Nigeria y partes de Benín, que explica de manera mitológica por qué el cielo, que alguna vez estuvo cerca de la tierra, ahora se encuentra a gran distancia. Este cuento combina elementos de cosmología, moralidad y…
Según la creencia general, en el principio de los tiempos, el Cielo estaba tan cerca de la Tierra que bastaba con levantar las manos para alcanzarlo y eso era maravilloso porque, en aquel entonces, el cielo protegía, con su cercanía, a los humanos, a los animales y a las plantas, pues ni les molestaban los vientos, ni el calor o el frío podían incomodarlos. Por ello, los seres vivos tenían una existencia tranquila y placentera.
Pero, desgraciadamente, todos sabemos que las personas no siempre sabemos portarnos bien, y aquí me contaron varias versiones, aunque yo pienso que no sería por una sola, sino por todas en general, que llegase el día en que el Cielo se separaría de la Tierra.
Alguien me comentó que un año de muy buenas cosechas, las mujeres yorubas se pusieron a moler grano para la comida, utilizando unos enormes morteros y unas gigantescas palas de madera, y mientras ellas hacían su trabajo, las mujeres cantaban, subiendo y bajando las palas al ritmo de su canción, golpeando al Cielo protector cada vez que alzaban las palas causándole gran daño. Y, tantas veces lo golpearon que, sin querer, acabaron agujereándolo. Olorun, el dios del cielo según los yurubas, se quejaba, pero, pero, entre el ruido de los golpes en el mortero y lo cantos con que acompañaban su trabajo, las mujeres no pudieron oír lo que el cielo les decía, por lo que continuaron moliendo el grano sin darse cuenta de nada.
Otras personas comentan que el Cielo está hecho de una sustancia nutritiva y abundante, por lo que los humanos podían tocarlo y cortar pequeños trozos de él para alimentarse. Olorun permitía esta práctica siempre que los humanos fueran respetuosos y tomaran solo lo necesario. Sin embargo, la gente comenzó a volverse codiciosa y atesoraba pedazos de cielo sin necesitarlo, mientras otras personas se quedaban sin nada. Y, no contentos con ello, aprovechaban la cercanía del Cielo para abandonar en él la basura que generaban y las cosas que les estorbaban, convirtiéndolo, poco a poco, en un basurero.
Por ello, llegó un día en que Olorun se cansó de maltratasen y dañasen el Cielo y se quejó a los humanos: “¡Dejen de golpearme! ¿Es que no ven que me duelen los golpes? ¿No saben que los protejo del frío, del viento y del calor? Si me siguen molestando, no les podré ayudar…”
Pero, como los humanos no le hacían caso, no tuvo más remedio que alejar el Cielo de la Tierra hasta quedarse donde está quedando las personas, los animales y las plantas totalmente desprotegidos de las inclemencias y, desde entonces, han de sufrir el viento, el frío y el calor, y todas las inclemencias de la Naturaleza.
Se rumorea que las estrellas que hoy vemos son los agujeros que las mujeres hicieron al cielo mientras molían grano en sus morteros con sus largas palas de madera, por donde se filtra la luz del Sol cuando se oculta detrás de la oscuridad para descansar. Y también, la lluvia se filtra por allí, pues, según cuenta la gente de Somalia, las nubes son hermosas doncellas que llevan a sus casas cántaros llenos de agua que sacan de un pozo y, en ocasiones, si los cántaros están demasiado llenos y se bambolean al paso de las doncellas, el agua puede derramarse, cayendo en forma de lluvia por los agujeros que se hicieron en el cielo.
El cuento “Por qué el cielo está tan lejos” es un relato popular de la cultura yoruba, originario de Nigeria y partes de Benín, que explica de manera mitológica por qué el cielo, que alguna vez estuvo cerca de la tierra, ahora se encuentra a gran distancia. Este cuento combina elementos de cosmología, moralidad y conexión con la naturaleza, como es típico en las tradiciones orales africanas.
De este cuento se sacan varias enseñanzas: Respeto por los recursos naturales: El cuento advierte contra la codicia y el desperdicio, promoviendo un uso responsable de lo que la naturaleza ofrece. Consecuencias de las acciones: La falta de gratitud y el abuso de los dones divinos llevan a la pérdida de privilegios. Explicación cosmológica: Como muchos cuentos africanos, ofrece una respuesta mitológica a una pregunta sobre el mundo (¿por qué el cielo está tan alto?). Y valores comunitarios: Enfatiza la importancia de actuar con consideración hacia los demás y hacia los dioses.
En la religión yoruba, Olorun es el dios supremo, creador del universo, y el cielo es su dominio. Este cuento refleja la relación entre los humanos y lo divino, donde el respeto y la obediencia son esenciales. Narrado por griots o ancianos en reuniones comunitarias, el cuento se acompañaba de proverbios y canciones, reforzando su impacto educativo. La historia resuena con los valores yoruba de equilibrio con la naturaleza, un tema vigente en un mundo que enfrenta el cambio climático y la sobreexplotación de recursos.
En otras culturas africanas, como los akan o los bantú, existen historias similares que explican la separación entre cielo y tierra, a menudo con diferentes personajes o dioses. La diáspora yoruba llevó este cuento a América (especialmente a Brasil, Cuba y el Caribe), donde se integró en tradiciones como la santería, adaptándose a nuevos contextos. El cuento aparece en antologías de folclore africano, como African Folktales de Roger D. Abrahams, y en narraciones orales contemporáneas.
Este relato no solo ofrece una visión de la mitología yoruba, sino que también tiene un mensaje universal sobre la sostenibilidad y la gratitud. En un contexto actual, puede interpretarse como una metáfora de cómo el abuso de los recursos naturales (como los bosques o los océanos) puede llevar a consecuencias irreversibles.
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