DE AQUELLOS POLVOS LLEGARON ESTOS LODOS

Dicen que ya ha llegado la primavera, pero yo no sé si creérmelo o no porque desde mi ventana solo alcanzo a ver una calle vacía por la que no transita prácticamente nadie, y no puedo salir para confirmarlo…

“- Cuentan de un reino que tenía la mejor sanidad pública del mundo, pero ocurrió que una burbuja se fue inflando e inflando hasta que explotó y todo se vino abajo.

– ¿Una burbuja?

– Sí, una burbuja, eso que se hace grande y dentro no hay nada, solo aire.

– ¿Cómo las pompas de jabón?

– Exacto, pero en este caso hecha de casas vendidas a cuatro veces su valor, de créditos inflados y con intereses altos que casi nadie podría devolver, de hipotecas trampa que si no terminabas de pagar se quedaban con lo pagado y lo hipotecado, de depósitos bancarios que ya nadie volvería a ver, de acciones que bajaban inducidas por ventas masivas y algunos las acaparaban a costes muy bajos…

– ¿Pero eso no eran todo estafas?

– Claro, aunque lo disfrazaban bajo el eufemismo de “ingeniería financiera”. Y cuando todo esto se infló tanto que ya no podía resistir más, explotó y llegó la crisis.”

Pero es posible que ya haya llegado la primavera porque escucho cantar a los pájaros con más intensidad, o tal vez sea por el silencio… Y es que estamos confinados, como en un exilio, pero dentro de nuestras casas, por culpa de un virus, algo tan diminuto que no se ve y que no es ni tan siquiera un ser vivo, pero mata…

“- ¿Y qué pasó con la crisis?

– Pues lo que suele pasar: muchas empresas cerraron, muchas personas se quedaron sin trabajo, otras sin casa, otras sin dinero, mientras algunas aprovechaban la ocasión para pescar en río revuelto.

– ¿Y qué hicieron quienes gobernaban?

– Primero, poner parches, pero ya sabes que donde hay un parche, siempre hay un agujero y, si te descuidas, más grande que antes, y luego congelar y recortar…”

A veces, hasta me llega un vago aroma como a campo y a flores, aunque no podría definirlo con precisión porque dentro de mi casa solo huele a ambientador. Mientras tanto, decenas de miles de personas se infectan cada día y cada día mueren centenares, sobre todo, las más mayores…

“- ¿Congelar y recortar… qué y a quién?

– Congelar salarios a los funcionarios y a los jubilados, recortar los sueldos a los trabajadores, hacer más fácil el despido y recortar la financiación a todo lo que fuera público: administraciones locales, educación, dependencia, servicios sociales, residencias de ancianos, investigación y sanidad…

– ¿A todos?

– No, a todos no porque parte de la banca fue rescatada con dinero público.

– Pero lo devolverían, ¿no?

– No… así como tampoco se supo nada más de todos los fondos de ahorros perdidos, ni las pérdidas por malas gestiones, unas no intencionadas, pero otras sí…”

Ha estado lloviendo toda la semana, pero hoy un rayo de sol ha llegado hasta mi mesa a través de la ventana y me ha hecho sentir bien durante un momento, luego he vuelto a la inquietud que me acompaña porque en la radio hablaban de lo mal que lo está pasando el personal sanitario desbordado en hospitales sobrecargados y sin el material necesario para no contagiarse…

“- ¿Y qué hizo el Rey?

– Cazar elefantes.

– ¿Y los políticos?

– Echarse la culpa de los unos a los otros.

– Entonces, todo el mundo sería más pobre.

– Todos no, los ricos fueron más ricos e, incluso, hubo muchos nuevos que aprovecharon el momento para especular.”

Tal vez lo de la primavera sea una mentira que nos dicen para que mantengamos la ilusión, pero es difícil hacerlo cuando ves que hay miles y miles de personas que están trabajando para protegernos y encima tengan que exponer su salud y sus propias vidas porque otros no han hecho las cosas bien…

“- ¿Especular?

– Sí, realizando operaciones comerciales con la esperanza de obtener beneficios aprovechando las variaciones de precios que ocurren en un momento de confusión social, por ejemplo, ahora que se necesitan tanto en los hospitales los equipos de protección individual, como mascarillas, guantes, batas y gafas, o respiradores para las unidades de cuidados intensivos, pues hay quien las fabrica, las almacena y espera que vayan para venderlas al mejor postor…

– Pero eso no es ético

– La ética y la moral son conceptos que algunas personas solo las utilizan como armas arrojadizas para sus contrarios, pero jamás se las aplican a sí mismas. Recuerda que los ríos, cuando crecen de golpe, siempre lo hacen con agua sucia.”

Y es que pienso que realmente estaría bien que fuera primavera, aunque no la pudiéramos ver, como el cielo azul de Pekín que muchos de sus habitantes ya no recordarán, o el agua cristalina y transparente preñada de peces en los canales de Venecia, porque cuando todo vuelva a ser normal esos canales olerán de nuevo mal y el cielo de Pekín será otra vez gris y nosotros no nos daremos cuenta de que es primavera, aunque haya llegado…

“- ¿Y cómo siguió la cosa en aquel reino?

– Pues se potenció la creación de centros educativos privados, residencias privadas, hospitales privados, fondos de jubilación…

– ¿Para todos?

– No, para todos no, solo para quienes pudiesen pagarlos, mientras tanto se invirtió mucho menos en lo público con la consecuencia de menos personas empleadas, menos material, perores infraestructuras y, por lo tanto, peores servicios.

– Es decir, como antiguamente, un estamento privilegiado y otro casi ignorado.

– Más o menos y, como siempre, la diferencia entre los unos y los otros no es ni la honestidad, ni la capacitación, ni la inteligencia, es simplemente el dinero.”

Y es que siempre nos pillan con el pie cambiado, no tenemos remedio. ¿A nadie se le ocurrió hacer un inventario de las necesidades cuando vieron lo que se nos venía encima?… ¿Nadie revisa las condiciones de las residencias?… Son tantas las preguntas que me temo que no haya tantas respuestas… Por lo menos que nos dejen la esperanza de que este año, como toda la vida, también ha venido la primavera.

2 respuestas a “De aquellos polvos llegaron estos lodos.”

  1. Qué buen blog, me gustan mucho tus escritos! felicitaciones, saludos desde Córdoba, Argentina

  2. ¡Muchas gracias! Me hace ilusión que me leas desde tanta distancia. Un abrazo.

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